viernes, 15 de junio de 2007

Desarrollo humano y sostenible en el Plan Puebla/Panamá

El plan Puebla/Panamá surge como una iniciativa de desarrollo para la región comprendida entre la península de Yucatán y Panamá.

El plan pretende ayudar al crecimiento de la región por medio de la integración y cooperación económica, para aprovechar el potencial de la región a los beneficios de la globalización, en un marco de desarrollo humano y sostenible, respetando la diversidad cultural.

Pero en la práctica las iniciativas parecen responder diferente, pues según asegura el Banco Interamericano de Desarrollo, el PPP (plan Puebla/Panamá) supone la inversión de $13 mil 685 millones de dólares en toda la región, de los cuales el 99,12% corresponde a proyectos de carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, sistemas energéticos --incluida la construcción de hidroeléctricas-- y de telecomunicaciones, mientras que solo el 0,88% (unos 155 millones de dólares) será destinado a los proyectos de desarrollo social, para una población calculada en 64 millones de personas. Es decir, $2,42 dólares por habitante. Así el desarrollo humano tan necesario en nuestros países latinoamericanos, pregonado por la teoría del plan, parece verse opacado por los intereses económicos inmediatos.

Un mismo camino parecen tomar las iniciativas de desarrollo sostenible propuestas en el plan, un buen ejemplo es la iniciativa de turismo impulsada por el Plan, uno de cuyos pilares lo constituye el Programa Mundo Maya, que pretende impulsar el crecimiento turístico de los países donde floreció la antigua civilización maya. En abril del 2001 una consultoría pagada por el Mundo Maya propone crear dos rutas turísticas hacia el parque nacional el Mirador - Río Azul, la única área protegida de Guatemala, junto con el adyacente Biotopo Dos Lagunas, que se mantiene libre de presencia humana permanente.

Dos de los grandes problemas con los que se han enfrentado las áreas naturales de la región son la degradación por el uso intensivo y los patrones de asentamientos humanos y urbanización. Estos patrones se pueden ver impulsados por los flujos previsibles de población una vez que la infraestructura, y los planes de libre comercio del PPP se empiece a construir.

En el campo del respeto a la diversidad cultural, parece existir otra contraposición entre palabras y hechos, pues muchos de los proyectos impulsados por el plan (sobre todo hidroelectricidad), afectan a poblados de comunidades de minorías. Poblados enteros corren el riesgo de perder sus tierras y sus casas, sin poder hacer nada. Tal es el caso de los poblados de Chiapas, Tabasco y Petén en Guatemala, donde la presencia de grupos paramilitares y la fuerte represión de cualquier levantamiento, evitan protestas por las plantas hidroeléctricas que se construirán en esos pueblos.

Habrá que esperar a que la iniciativa tome fuerza, para saber si es un verdadero plan de desarrollo para la región, o si solo será otro fracaso más de los planes internacionales en la región.

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